27 noviembre 2010
Los GALOPES en positivo
Supongamos que la idea básica del sistema de los Galopes es mejorar el nivel de nuestros jinetes y amazonas de cara al futuro. En principio todos los sistemas educativos tienen este objetivo, y por lo tanto vamos a suponer que este era el objetivo inicial del proyecto de los Galopes.
Hay quien opina que los Galopes se instauraron desde un principio como mero instrumento recaudatorio. Muchos aficionados recordarán sin duda una de las primeras medidas de los gobernantes que subieron el precio de todas las licencias. Los Galopes se instauraron poco después, y tal y como se puso en marcha el sistema, lo más lógico, en aquel momento, era verlo como una forma adicional de generar ingresos. Hoy son muchos los que siguen pensando lo mismo, y los hechos parecen darles la razón, desgraciadamente.
El sistema de los Galopes se puso en marcha en Francia hace muchos años, y personalmente me tocó conocerlo de cerca porque hace años mi hija, ansiosa de mejorar sus conocimientos y sus aptitudes, se pasó cuatro veranos en Francia para sacar sus Galopes. Estos Galopes franceses tienen una parte teórica muy interesante y una parte práctica bastante exigente, sobre todo a partir del Galope 4. Pasó sus tres primeros Galopes el primer verano y después del cuatro al seis en los veranos sucesivos. No lo hizo ni para competir ni por ninguna exigencia federativa, lo hizo para aprender y por afán de superación. La tasa de examen de cada Galope era de unos 8 euros.
Aquí los Galopes se vincularon al deporte, y así se forzó su obligatoriedad. Desconozco cómo funciona en otras disciplinas, pero en el Raid son obligatorios, al contrario de lo que pasa en Francia. Hemos copiado un buen sistema de formación, pero en lugar de promocionarlo con ilusión para mejorar el nivel de nuestra base, lo hemos hecho obligatorio y caro, y la mayoría lo ha interpretado como un atraco. Quedaría feo explicar aquí dónde y cuándo presencié unos exámenes de Galopes, y no lo haré, pero sí puedo decir que fue lo que vulgarmente solemos llamar “un cachondeo”, y esa falta de seriedad también refuerza la percepción generalizada de que este sistema de los Galopes es únicamente un triste trámite inventado para hacer caja.
Para correr un Raid en Francia no hace falta ningún Galope. Hay una pequeña excepción para los Raids Sociales de 10 a 20 kilómetros, organizados dentro de un Club Hípico, donde se exige el Galope 2 a los menores de 19 años. En estos cuadros del reglamento de raid francés para 2011 se ve perfectamente.

Y cualquiera, desde los 12 años de edad, puede correr en la categoría Amateur 4 (raids de 20 kilómetros) sin ninguna otra exigencia previa que su licencia, tal y como se observa en el cuadro de calificaciones necesarias que está vacío. Después, según sus clasificaciones obtenidas, va subiendo. Esto parece bastante claro.
¿Qué podemos hacer aquí para mejorar la base de nuestros jinetes y amazonas de forma positiva? Lo más sensato sería aplicar un poco de sentido común a toda esta historia, pero a veces el sentido común es el menos común de los sentidos, aunque esto suene a perogrullada.
Vayamos por partes. La idea fundamental, decíamos, es mejorar nuestra base, mejorar los cimientos sobre los cuáles queremos edificar nuestra pirámide. Y mejorarlos de cara al futuro.
Podríamos empezar copiando a los franceses y olvidarnos de exigirles los Galopes a todos los mayores de 18 años, o si no queremos dar marcha atrás en esto, podríamos inventar unos Galopes específicos para estos casos. Después volveremos sobre este tema.
El futuro de nuestra equitación son los jóvenes. Queremos mejorar sus conocimientos y sus aptitudes. Bien. Necesitamos un producto de calidad, serio, bien hecho, atractivo y asequible. Los Galopes, tal y como existen en Francia, podrían ser este producto, pero aquí necesitamos subir el nivel de la enseñanza de estos Galopes así como implantar un sistema de exámenes o controles serios y efectivos. Esto es mucho más trabajo de lo que los gobernantes en sus torres de marfil se imaginan, pero es factible.
Para el Raid, por ejemplo, podríamos exigir a todos los menores de 19 años el Galope 1 durante su primera temporada de competición. Podrían incluso empezar a correr Iniciación y Promoción sin Galopes pero sus resultados no se convalidarían como clasificaciones hasta que no saquen su Galope 1 y si no lo sacan la siguiente temporada no podrían competir más hasta sacarlo. La segunda temporada de competición tienen que sacar el Galope 2 con el mismo condicionamiento, y así en cuatro temporadas llegarían al Galope 4. Si entretanto cumplen 19 años, quedarían exentos como todos los mayores de 18 años. Tendrían cada año toda la temporada para sacarlos, pero si no los sacan perderían sus clasificaciones.
Esto quiere decir que alguno podría ya, con Galope 1 ó 2, correr el Campeonato de España Jr & JJ si tiene las clasificaciones necesarias. Por supuesto. Lo que queremos es subir el nivel de nuestra equitación sin forzar demasiado ni exigir cosas imposibles. Además, ¿para qué exigir el Galope 4 a alguien que todavía no sabe siquiera si le gusta el Raid, antes de que lo pueda probar?
Aquí también sería bueno que todos tuvieron el derecho a un examen de Galopes cada año incluido en el precio de su licencia. Y también sería bueno tener un grupo de examinadores de cierto nivel dispuestos a viajar para supervisar y/o organizar los exámenes y las pruebas, sobre todo los primeros años. Lo ideal para eso serían personas con mucha sensibilidad para la equitación de base, desprovistos de soberbia, y que formarían un equipo abierto y comunicativo para con ello garantizar la similitud del nivel de las pruebas por toda España.
No es una utopía, no. Para garantizar un mejor futuro tenemos que echar buenos cimientos y ya que tenemos los Galopes en marcha, malamente pero es lo que hay, podríamos aprovecharlos para lo único positivo que podrían aportarnos.
En cuanto a los mayores de 18 años hay dos opciones. La primera es aplicar el sistema francés y no exigirles nada para dedicarnos a una mejor formación de las generaciones venideras, y la segunda sería regalar el Galope 1 al que tiene dos clasificaciones en Iniciación y Promoción, el Galope 2 al que tiene dos clasificaciones en cero estrellas, el Galope 3 al que tiene dos clasificaciones en una estrella y el Galope 4 al que tiene dos clasificaciones en dos estrellas. Es casi lo mismo que no exigir nada, pero si quieren que todos tengan sus Galopes, hay que inventar algo.
De momento con una base de jóvenes bien formados en Galope 4 ya tenemos para trabajar. Después habrá tiempo para subir el nivel de la enseñanza, de los clubes, de toda la infraestructura básica para pensar en los Galopes 5, 6 y 7. No conviene correr porque si no la calidad se resentirá y no habremos hecho nada. Mejor paso a paso, con un Galope 4 bien hecho, y después, si funciona, dentro de unos años estudiar cómo y dónde podemos subir el listón.
Queda un detalle importante: los Galopes tienen que crear ilusión, no rechazo. La ilusión es un ingrediente mágico, e imprescindible. Sin ella los Galopes nunca dejarán de ser un impuesto indirecto y obligatorio, inventado por el listo de turno y sus aduladores (aquí tenía puesto otra palabra pero al final la cambié).
Carpe diem,
KF.
Hay quien opina que los Galopes se instauraron desde un principio como mero instrumento recaudatorio. Muchos aficionados recordarán sin duda una de las primeras medidas de los gobernantes que subieron el precio de todas las licencias. Los Galopes se instauraron poco después, y tal y como se puso en marcha el sistema, lo más lógico, en aquel momento, era verlo como una forma adicional de generar ingresos. Hoy son muchos los que siguen pensando lo mismo, y los hechos parecen darles la razón, desgraciadamente.
El sistema de los Galopes se puso en marcha en Francia hace muchos años, y personalmente me tocó conocerlo de cerca porque hace años mi hija, ansiosa de mejorar sus conocimientos y sus aptitudes, se pasó cuatro veranos en Francia para sacar sus Galopes. Estos Galopes franceses tienen una parte teórica muy interesante y una parte práctica bastante exigente, sobre todo a partir del Galope 4. Pasó sus tres primeros Galopes el primer verano y después del cuatro al seis en los veranos sucesivos. No lo hizo ni para competir ni por ninguna exigencia federativa, lo hizo para aprender y por afán de superación. La tasa de examen de cada Galope era de unos 8 euros.
Aquí los Galopes se vincularon al deporte, y así se forzó su obligatoriedad. Desconozco cómo funciona en otras disciplinas, pero en el Raid son obligatorios, al contrario de lo que pasa en Francia. Hemos copiado un buen sistema de formación, pero en lugar de promocionarlo con ilusión para mejorar el nivel de nuestra base, lo hemos hecho obligatorio y caro, y la mayoría lo ha interpretado como un atraco. Quedaría feo explicar aquí dónde y cuándo presencié unos exámenes de Galopes, y no lo haré, pero sí puedo decir que fue lo que vulgarmente solemos llamar “un cachondeo”, y esa falta de seriedad también refuerza la percepción generalizada de que este sistema de los Galopes es únicamente un triste trámite inventado para hacer caja.
Para correr un Raid en Francia no hace falta ningún Galope. Hay una pequeña excepción para los Raids Sociales de 10 a 20 kilómetros, organizados dentro de un Club Hípico, donde se exige el Galope 2 a los menores de 19 años. En estos cuadros del reglamento de raid francés para 2011 se ve perfectamente.

Y cualquiera, desde los 12 años de edad, puede correr en la categoría Amateur 4 (raids de 20 kilómetros) sin ninguna otra exigencia previa que su licencia, tal y como se observa en el cuadro de calificaciones necesarias que está vacío. Después, según sus clasificaciones obtenidas, va subiendo. Esto parece bastante claro.
¿Qué podemos hacer aquí para mejorar la base de nuestros jinetes y amazonas de forma positiva? Lo más sensato sería aplicar un poco de sentido común a toda esta historia, pero a veces el sentido común es el menos común de los sentidos, aunque esto suene a perogrullada.
Vayamos por partes. La idea fundamental, decíamos, es mejorar nuestra base, mejorar los cimientos sobre los cuáles queremos edificar nuestra pirámide. Y mejorarlos de cara al futuro.
Podríamos empezar copiando a los franceses y olvidarnos de exigirles los Galopes a todos los mayores de 18 años, o si no queremos dar marcha atrás en esto, podríamos inventar unos Galopes específicos para estos casos. Después volveremos sobre este tema.
El futuro de nuestra equitación son los jóvenes. Queremos mejorar sus conocimientos y sus aptitudes. Bien. Necesitamos un producto de calidad, serio, bien hecho, atractivo y asequible. Los Galopes, tal y como existen en Francia, podrían ser este producto, pero aquí necesitamos subir el nivel de la enseñanza de estos Galopes así como implantar un sistema de exámenes o controles serios y efectivos. Esto es mucho más trabajo de lo que los gobernantes en sus torres de marfil se imaginan, pero es factible.
Para el Raid, por ejemplo, podríamos exigir a todos los menores de 19 años el Galope 1 durante su primera temporada de competición. Podrían incluso empezar a correr Iniciación y Promoción sin Galopes pero sus resultados no se convalidarían como clasificaciones hasta que no saquen su Galope 1 y si no lo sacan la siguiente temporada no podrían competir más hasta sacarlo. La segunda temporada de competición tienen que sacar el Galope 2 con el mismo condicionamiento, y así en cuatro temporadas llegarían al Galope 4. Si entretanto cumplen 19 años, quedarían exentos como todos los mayores de 18 años. Tendrían cada año toda la temporada para sacarlos, pero si no los sacan perderían sus clasificaciones.
Esto quiere decir que alguno podría ya, con Galope 1 ó 2, correr el Campeonato de España Jr & JJ si tiene las clasificaciones necesarias. Por supuesto. Lo que queremos es subir el nivel de nuestra equitación sin forzar demasiado ni exigir cosas imposibles. Además, ¿para qué exigir el Galope 4 a alguien que todavía no sabe siquiera si le gusta el Raid, antes de que lo pueda probar?
Aquí también sería bueno que todos tuvieron el derecho a un examen de Galopes cada año incluido en el precio de su licencia. Y también sería bueno tener un grupo de examinadores de cierto nivel dispuestos a viajar para supervisar y/o organizar los exámenes y las pruebas, sobre todo los primeros años. Lo ideal para eso serían personas con mucha sensibilidad para la equitación de base, desprovistos de soberbia, y que formarían un equipo abierto y comunicativo para con ello garantizar la similitud del nivel de las pruebas por toda España.
No es una utopía, no. Para garantizar un mejor futuro tenemos que echar buenos cimientos y ya que tenemos los Galopes en marcha, malamente pero es lo que hay, podríamos aprovecharlos para lo único positivo que podrían aportarnos.
En cuanto a los mayores de 18 años hay dos opciones. La primera es aplicar el sistema francés y no exigirles nada para dedicarnos a una mejor formación de las generaciones venideras, y la segunda sería regalar el Galope 1 al que tiene dos clasificaciones en Iniciación y Promoción, el Galope 2 al que tiene dos clasificaciones en cero estrellas, el Galope 3 al que tiene dos clasificaciones en una estrella y el Galope 4 al que tiene dos clasificaciones en dos estrellas. Es casi lo mismo que no exigir nada, pero si quieren que todos tengan sus Galopes, hay que inventar algo.
De momento con una base de jóvenes bien formados en Galope 4 ya tenemos para trabajar. Después habrá tiempo para subir el nivel de la enseñanza, de los clubes, de toda la infraestructura básica para pensar en los Galopes 5, 6 y 7. No conviene correr porque si no la calidad se resentirá y no habremos hecho nada. Mejor paso a paso, con un Galope 4 bien hecho, y después, si funciona, dentro de unos años estudiar cómo y dónde podemos subir el listón.
Queda un detalle importante: los Galopes tienen que crear ilusión, no rechazo. La ilusión es un ingrediente mágico, e imprescindible. Sin ella los Galopes nunca dejarán de ser un impuesto indirecto y obligatorio, inventado por el listo de turno y sus aduladores (aquí tenía puesto otra palabra pero al final la cambié).
Carpe diem,
KF.