18 agosto 2008
Entre la verdad y la verdad
Muy interesante. Ayer en los Juegos Olímpicos, semifinales de los 1500 metros, en directo. Primera semifinal: por dos veces, el sudafricano Juan van Deventer deja adelantar al español Juan Carlos Higuero por el interior (por la cuerda), y cada vez el locutor comenta la deportividad del sudafricano y la táctica arriesgada del español al quedarse casi encerrado. Entre estos dos adelantamientos, van Deventer también intenta pasar por el interior, pero Higuero le cierra el paso, lo no es ilegal, pero tampoco es elegante. Cuando el sudafricano deja pasar por segunda vez al español, el locutor incluso comenta la gran deportividad del sudafricano, que hubiera podido hacer lo mismo que el español le había hecho unos metros antes. Después de la carrera, al intentar comentarle lo sucedido, Higuero se queja de que le encerraron, y describe al sudafricano sin atreverse a nombrarlo, y el locutor, atónito, tampoco se atreve a llevarle la contraria. Ver para creer. A veces la verdad individual se distancia demasiado de la verdad imparcial.
En Figarol, pocas horas después del Campeonato de España Absoluto 2008, un jinete me dijo: "Olvida todo lo que te dije la semana pasada. Lo retiro todo. De todo lo que te dije, nada vale." Ver para creer. Y digo yo: "Podré no publicarlo, podré no utilizarlo de forma directa, pero olvidarlo, olvidarlo porque hoy a ti ya no te conviene, eso no será tan fácil." ¿O qué?
Carpe diem,
KF.
En Figarol, pocas horas después del Campeonato de España Absoluto 2008, un jinete me dijo: "Olvida todo lo que te dije la semana pasada. Lo retiro todo. De todo lo que te dije, nada vale." Ver para creer. Y digo yo: "Podré no publicarlo, podré no utilizarlo de forma directa, pero olvidarlo, olvidarlo porque hoy a ti ya no te conviene, eso no será tan fácil." ¿O qué?
Carpe diem,
KF.